mandag den 22. december 2008

Recuerdos de Covadonga

El papel de la pared era amarillento. Aparcadas al lado de la pared, dos camas:
la mía y la de mi hermana... En el lado opuesto de la habitación,una cómoda ocupaba gran parte de la pared.Era una vieja cómoda que había pertenecido a la familia durante generaciones. En su parte inferior tenia unos cajones largos y des calibrados y en la superior un espejo grande al centro y dos chicos y largos,a los lados.

Según mi madre, tenia sus ventajas eso de tener tres espejos.-“ Mientras uno se peina mirándose en el espejo grande puede ver los lados de la cara en los dos pequeños con solo girar un poco los ojos”.,- Me dijo,un día, sonriendo mientras se pasaba un cepillo invisible por los crespos de su nueva permanente,-

No sé por qué razón, siempre tuve recelos de ver mi imagen reflejada en los espejos laterales de la cómoda. .Me daba una extraña sensación de ser observado. A veces, cuando me peinaba, trataba de fijar mis ojos solo en el centro del espejo grande, para no dejarme sorprender por las otras imágenes que pudieran venir de los espejos laterales.

Lo peor era en las noches, cuando la escasa luz del pasillo, que cruzaba la casa como una carretera, le daba a sus formas una perspectiva inquietante.
Como hubiera deseado que esa cómoda estuviera en otra pieza de la casa.!...; pero nunca me habría atrevido proponerlo; Con que argumento? El miedo?

Una tarde me sentí mal.
Mi madre temerosa siempre de esas enfermedades que golpean a los niños, me metió en la cama , y mientras preparaba una tasa de leche caliente, me tomó la temperatura.
“Treinta y nueve..y medio”.-Leyó casi sin sonido.
Había razón para preocuparse.
Los remedios para esto y esto otro no tardaron en aparecer. Las friegas con “mentholatum”y la bolsa con agua caliente a los pies no podían faltar. Y para estar por el lado seguro, mi hermana también fue “víctima” de los mismos cuidados. “Más vale ser precavido...
”Más vale precaver que curar” Acostumbraba a decir.

En ese tiempo era más el cariño el que mejoraba los niños de sus males.

Al anochecer me besó en la frente,me arropó bien.y se despidió-“ Si necesita algo me llama,m`hijito, no?”
“Hmm”-respondí dramatizando mi estado....

Tenia sueño. Los párpados me pesaban pero no podía cerrar los ojos.Mi hermana me miró desde su cama controlando una última vez y se durmió.

Mientras yo esperaba mi turno al sueño,me entretuve en imaginar figuras sobre el papel amarillento de la pared, dibujadas por luz de la luna que, desde una claraboya en lo alto, caía sobre la pieza como una cascada de agua invisible.

Esa noche,aún sin quererlo, estaba,hipnotizado por los reflejos. sobre el espejo que luego rebotaban sobre el piso iluminando, suavemente a su paso, los contornos de una silla recostada a los pies de la cama de mi hermana.El uniforme de la escuela y el bolso con sus cuadernos sobre el torso parecían diseñar una sombra una mujer sentada..

De repente...
Una sensación de ser observado, que ya conocía, detuvo mi juego.
Mis ojos se posaron, automáticamente, sobre uno de los espejos laterales de la cómoda
Allí pude ver que desde el papel que tapizaba la vieja pared, se descolgaba la imagen de una cabeza de animal.
Un caballo...
Miré hacia la pared..
Entrecerré los ojos para ver mejor.
Juntando las lineas y las formas, lo pude ver más claro.
Si!
Allí estaba,mirándome fijamente, como quien mira a alguien que conoce desde dentro.
Un frío helado recorrió mi espalda
Traté de cerrar los ojos, con la esperanza de hacer desaparecer la imagen,pero no pude.
Mis pupilas se habían clavado sobre la pared.
Mi pulso se aceleró.
Podía sentir los latidos de mi corazón en mis oídos.
Mi cama entera palpitaba.
Tenía miedo....

Con un tremendo esfuerzo volteé la cabeza y mis ojos se encontraron de nuevo con la vieja cómoda, y con su espejo largo al lado del espejo grande..
Allí estaba!
No solo la cabeza, sino,todo entero ,
..y vivo!.
Unos ojos grandes como platos y dientes largos de tenedores afilados me helaron el alma..
Relinchó.
Alzo sus patas al aire y saltó sobre mi cama
Me cogió en su camino sobre su grupa húmeda y caliente y echó a correr a lo largo de las sábanas como por un desierto de arena blanca.
Con mis sentidos dislocados, sentí las nauseas del pánico apretarme el estomago.
Pero el siguió corriendo, con mi transpiración y mi aliento;con la boca seca y la frente ardiente
Atravesamos senderos resecos por el sol de la pampa.
Dragones de arena blanda y minas abandonadas con esqueletos de mineros secos.
Mi cabeza comenzó a girar como carrusel de burbujas coloreadas por la fiebre.
De pronto, desde un rincón de mi inconsciencia, una música nació al ritmo de las pulsaciones de mis sienes
Un vals,
Un viejo gramófono,
Una mujer vestida de negro dando vueltas a una manilla y mis pies danzando en su cintura.
Un olor a tierra y chicha dulce.
Unas risas.
El sonido del viento seco y una sed devoradora.
Fuera de la casa, una pozo de agua y matapiojos danzando al compás de la música que el viento repartía.
:Strauss!Tataran tan tan , tan tan tan tan.

Abrí la llave del agua, pero sólo tierra caliente salió de ella.
Olor a orines, restos de defecaciones.
Mi caballo de fuego siguió corriendo, sin aire, sin agua ;mientras un remolino de angustias y recuerdos.me palpitaban el alma.
Desperté?
Trate de saltar de la cama pero la sensación de que una mano grande iba a coger la mía, si trataba de encontrar mis zapatos en la oscuridad del piso, me hizo reconsiderar la idea.
En un impulso pánico.
me enterré entre las tapas....

Allí,estuve mojado en mi transpiración no sé cuanto tiempo.
Trate de despertar a mi hermana, pero no tenía sonidos en mi boca,
solo un mar de arena blanca...
No podía tragar mi aliento.
A través de mi transpiración hecha lágrimas,.vi una luz brillar
A lo lejos.
Con la sensación que se tiene cuando un auto corre hacia la boca de un túnel.
Los galopes se agrandaron en sus dimensiones de respiro,.
Mis deseos de alcanzar la luz frenaban mi cuerpo.
De pronto estaba allí.Era una casa cuyas
murallas separaban unas piezas de otras piezas; todas ellas envueltas en un color amarillento de papel antiguo.
En medio de ellas, mesas cargadas con figuras de cristal,
Botellas vacías que sonaban como campanas
Y como un eco desde las murallas vecinas se escuchaban los gritos de una voz
que se desgarraba en el aire,
amenazante.
Una sed increíble
Traté de salir de allí, pero otras murallas de papel amarillo me salieron al paso.
Intenté otro camino..
Otras murallas,
Otras puertas, nuevas murallas.
Pude constatar que eran las mismas de antes; solo que, de tanto caminar derecho, había vuelto a ellas.
Mi cerebro ya no entendía la lógica de esa pesadilla.
Solo quería salir de allí hacia un cielo abierto.

Un dolor en el pecho,
No podía moverme.
Me sentí clavado de espalda sobre unos leños encendido que se precipitaban hacia abajo; hacia una oscuridad, solida,y hedionda.
Estaba en el vientre de mi caballo!
Enterrado entre las tripas calientes y pegajosas del animal,pude sentir su sangre golpearme la cara ,y el vapor de sus riñones penetrar mis narices hasta el cerebro.
Traté de cogerme de las paredes de su intestino para no seguir cayendo.
Entre mis dedos pude sentir una sensación quemante y seca...

Luego,me encontré tendido de espaldas en una playa desconocida.
Una brisa marina me rozaba las mejillas...
Olor a huiro y luche seco.
Moscas bailando sobre la frente.
El sol blanco quemaba mis pupilas de tal modo que tuve que sentarme
para taparme los ojos con las manos.
Silencio.
Un ruido de agua.
Entreabriendo mis dedos pude distinguir en el horizonte una ola azul.
El agua me tocaba los dedos de los pies con una sensación agradable.
Me arrastré como pude hacia el mar.
La ola que crecía en el horizonte se hizo más y más grande.
Ya podía ver en ella peces y barcos encallados.
De un golpe estaba sobre mi.
Un torbellino de agua en mis pulmones
Agua salada en mi vientre,mientras mi cuerpo giraba en un torbellino sin horizontes.

Luego la calma y el silencio sobre una playa blanca..

Luego el silencio y la calma.

Mi respiración se hizo suave
Los músculos de mis brazos se soltaron
Sobre mi frente, gotas de sal marina como un beso de frescura.

Y se hizo la luz.
El sol se deslizaba desde la ventana del techo...

Los pasos de mi madre,
su mano tierna sobre mi frente.
Un aliento fresco me despertó el alma,
Era la mañana.
Tenia hambre.
La fiebre había partido de regreso a su mundo de fantasías ..
y yo estaba de regreso en el mio.

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