Más allá de la España...

El aeropuerto, el bus, luego el hotel,
al fin la mesa con sangría que da la bienvenida
El mar murmura de lejos música de sevillanas
con castañetas de espuma sobre olas atrevidas...
Al atardecer los paseos y al final la discoteca.
En la mañana el desayuno americano,
y el resto del día en la playa...

Así puede pasar una semana
y porque no dos..de vacaciones.

De regreso en casa ,
con colores de sol y cargados de fotografías.
Le contamos a los vecinos que hemos estado en España.

Cual España?
Esa España también podría ser Turquía .
En el mundo de hoy en día, todo el turismo es el mismo.

La que amo, es la otra España.

La España que se despierta cuando el ”muchacho”del hotel,
terminado el turno,
pedalea su bicicleta hasta mesón de la esquina
a saborear un café con los compañeros.
Allí donde se acompañan las anécdotas del días
con una tapa de sardinas saladas y un vaso de vino.
(o se comentan las últimas corridas o los goles del domingo.)

A las afueras de la ciudad, cerca del cerro,
unos niños corren tras de una pelota cansada, mientras los viejos
juegan la petanca para matar el tiempo.
Un perro descansa ,patas sueltas ,bajo un árbol dormido.
En la puerta de la casa, la abuela sentada sobre una banca
teje un chaleco de lana.
El aire es seco y tranquilo
El sol todavía calienta en el cielo

Desde una puerta entreabierta
se escuchan las melodías de Iglesias o de Rocío.
Una niña de trenzas largas ,
al lado de la vereda
le cambia a su muñeca el vestuario..
mientras un señor de bigotes
comenta las noticias del diario.

Es la España del cotidiano,
esa que tiene sentido.
Al otro lado del cerro
el ovejero y su rebaño.
Las cabras que dan el queso y las viñas del vino nuevo
Frutos de tierra preñada de sol y salero.
Esa es la España que quiero.
La merienda al lado del río,la bota de vino,
y el pernil de cerdo ahumado.
La niña de caderas redondas y los hombres de pelo en pecho
amarrados al caballo.
Es la España del campo,
la España de pasos lentos .
Esa es la España que quiero.