mandag den 22. december 2008

Buganvilla

Muchos de los recuerdos de mi infancia están ligados a una vieja casa y a la oscuridad.
Lo antiguo y lo oscuro han marcado gran parte de mis fantasías.

MI CASA
La casa era larga;mucho más larga que ancha.
Tenía un jardín;también largo,muy largo;al final del cual,mi madre había puesto un cordel para secar la ropa.
Este no era un jardín cultivado como los que conocemos hoy en día,no, era un jardin “natural”que mi fantasía de niño la imaginaba más como una selva que un jardín.
Entre la casa y el jardín había una gran puerta de madera, que a mi me parecía un muro.
Un muro entre la civilización y la selva;
un muro entre la realidad y la fantasía...
El jardín comenzaba con una parra que daba uvas en abundancia y,luego,una batea para lavar la. ropa. Unos metros más a fuera, ya en medio de la “jungla”estaba el baño;viejo,helado y lejos,muy lejos del mundo de los vivos...
En las noches,mis pasos no llegaban hasta allí,y meaba al lado “del muro”.
Mis nervios no alcanzaban más lejos
Desde el baño, un sendero de tierra alcanzaba hasta el fondo del patio en donde vivían unas gallinas al lado del cordel de colgar la ropa.
A lo largo de este sendero,árboles y arbustos detrás de los cuales bien podía esconderse un león o un vampiro Quién sabe?....Todo es posible en las noche!
Y era al lado de este sendero que se alzaba el orgullo de la familia, un tremendo y enflorado Buganvilla.Sus ramas largas y espinadas, cargadas de colores rojizos azulado se
balanceaban al ritmo de la brisa nocturna.,como esqueletos voladores.
Luces?
Solo las de la luna, si era llena.
Ese Buganvilla formó siempre parte de mis más terribles pesadillas.
Tal era la oscuridad que envolvía ese sendero que uno tenía que conocer el camino para atreverse a entrar en él.
Si la puerta de madera estaba cerrada, solo había una rendija de luz para orientarse de regreso del baño
No, eso no era para mí!!
Mi fantasía era demasiado grande para hacer ese recorrido sin imaginarme un mundo infinito de peligros .

HISTORIA

En ese tiempo,solo se escuchaba radio,cuando la electricidad llegaba y,a falta de ella,matábamos el tiempo contando historias,inspiradas en las sombras de una lampara a petroleo.

.Recuerdo que una noche ,después de la comida, la familia se había reunido alrededor de la mesa del comedor.
Mi tío Julio había bajado de la mina para hacernos una visita.
Todos estaban interesados en escuchar las novedades y las últimas historias que él nos había traído desde la pampa.salitrera.
La abuela,y mi mamá ,con una tasa de té entre las manos ,lo miraban con atención; mientras nosotros, mi hermana y yo ,enterrados entre las polleras de las dos mujeres, como en un refugio, esperábamos el comienzo de la función,, porque eso tan bueno como ir al teatro
Primero, las noticias:.
Una nueva mina había cerrado, y aquella en la que mi tío trabajaba también andaba por el mismo camino.Un compadre había muerto y dos jóvenes que mi abuela conocía se habían casado y se habían ido a vivir a la cuidad.
Y en seguida,luego de pequeños comentarios a ese propósito, comenzó la historia.Que era lo que nosotros esperábamos.
.
Como buena historia, estas no comenzaban nunca así:
“Había una vez” .....
No, porque de esta manera todos sabrían ,desde un comienzo, que era una mentira.
sólo una fantasía.Y allí se pierde la mitad de la emoción.
No!
Estas comenzaban negándose así mismas:
“Esto que les voy a contar no es una historia,sino algo que realmente pasó”-Sentenció mi tío,aclarándose la garganta con un pequeño carraspeo.
Y luego continuó
“Es sucedió en la oficina Chacabuco.? Allí estuve trabajando casi dos años antes de que cerrara..Lo que quedaba de ella era solo una forma de pueblito rudimental que contaba solo con unas vivienda para los trabajadores de la mina..
Los pocos hombre que quedábamos,nos juntábamos en las noches a tomar unos tragos y a jugar a las cartas en un improvisado boliche del ex- mercado. Y allí también,envueltos en ponchos, para espantar el frío,contábamos historias y competíamos cual de ellas era la más espantosa.
Bueno. Me acuerdo que una noche Tomás, el compadre de quien les conté que había muerto, alzo su vaso de chicha y nos dijo:
“Salud compadres.Tomense un buen trago antes de escuchar lo que les voy a contar”-.Luego prendió un cigarrillo, se arropó en su viejo poncho de alpaca y comenzó.
“Se acuerdan del viejo” Calipso”, ese que lo atropello la máquina del tren carguero?El pobre quedó destrozado en tantos pedazos que los parientes tuvieron grandes problemas en juntarlos para darles sepultura.
Piernas, cabeza,tripas y costillas fueron a parar en un saco;pero una mano no la pudieron encontrar. Por más que la buscaron no dieron con ella. Algunos dijeron que a lo mejor se habría quedado entre los hierros del tren, pero nada.
La mano había desaparecido.
Como no se podía esperar más tiempo,se decidió enterrar lo que se pudo encontrar, y que el "finao" nos perdone,habrían dicho haciendo la señal de la cruz.”

APUESTA
Hizo una pausa en el relato.Se tomó una trago y nos miró fijamente a los ojos.
Luego sacudió lentamente la cabeza y continuó.
“No...El finao quería lo que le faltaba..”
Cambió el tono de la voz y como contando un secreto,continuó:
“Cuentan que en las noches se escuchan sus lamentos llamando la mano.Y aún más;recalcó, algunos dicen que durante las noches de luna llena, han visto la mano regresar al cementerio,y tratar de desenterrar a su dueño para juntarse con el...”
Risas, nerviosas y comentarios.
“Te pasaste! Quien te va a creer esa chiva!?” Agregó uno de los amigos,con una sonrisa nerviosa.
“Que fantasía la tuya.Es para la risa”
“Que no me creen?”Se defendió Tomás y agregó-.”Estoy seguros que están cagados de miedo.
“Ni hablar!” contestamos a coro.
“Esta bien. Hagamos una apuesta,nos provocó..Si no tienen miedo vamos todos al cementerio y nos sentamos en la tumba del muerto a ver si escuchamos sus lamentos”
“Hecho!” Contestamos para mostrarle que su historia no nos había impresionado.
“Hecho!”contestó y terminando el último resto de su trago se puso de pie.
Allí partimos entre risitas y comentarios..Pero con los ojos muy atentos.
La noche,negra,se había hecho espesa a causa de la camanchaca que había empezado a caer sobre la oficina..El contorno de las últimas casa habían desaparecido en la distancia.
Había que caminar dos kilómetros hasta el cementerio.
Allí la soledad y el frío reforzaban el ruido del caliche al quebrarse por el cambio brutal de la temperatura.
El respirar de los cuatro hombres sonaban descompasados con el ruidos de los zapatos sobre el frío salitre.
“Estamos puro gueveando”irrumpió Pedro,uno del grupo.
“Está pa´cargarse de frío y nosotros aqu.Mejor nos vamos pa´la casa..”
“Si te queris ir, te vay no más. Nosotros seguimos.Pollerita!”
“Pero es que..”se defendió Pedro
“Chao, pescao”.lo interrumpimos entre carcajadas
“Como quieran, yo me largo.”
Media vuelta y desapareció el primero!
El primero? Claro,porque el segundo no tardó en desaparecer.
“Sigan no más, echo una meaita y los alcanzo”.Dijo Carlos....No regreso más.
“Ya, solo quedamos los tres.”-Comentó Tomás.
“Seguimos,Julio?”Me preguntó.?
“Claro que si”
“O.K.!Cuando lleguemos a la tumba le dejamos mi cuchillo clavado en la madera como prueba de que estuvimos allí, así los otros no van a decir que nos achaplinamos”dijo entregándole a Sergio un afilado cuchillo
“Por qué yo?”..alcanzó a preguntar, pero nadie respondió.
Sergio era el más débil del grupo y el que todos usaban como “el niño de los mandados”Tomas siempre lo había defendido de las bromas de los demás y era por eso que nunca se atrevía a llevarle la contraria.Por eso fue que guardándose el cuchillo en la correa del pantalón bajó la cabeza y siguió adelante sin más protestas.
Después de un largo caminar llegamos al lugar.

EN EL CEMENTERIO
Era un cementerio abandonado.
Bajo la luz de la luna tenia un aspecto sepulcral...Por su puesto! Era un cementerio..Sonrió mi tío.Prendió un cigarrillo y saboreó lentamente el té, como quien se bebe a sorbos los recuerdo.
“Y que mas?” Apuró mi mamá.
“Ya, sigue.”Ordenó la abuela.
Mi hermana y yo, debajo de la mesa estibamos hecho un nudo.Yo sentía mi cara caliente y mi espalda helada como que un soplo frío se deslizara por debajo de la puerta.
“Nos sentamos sobre la tumba para descansar un poco antes de emprender el regreso”.Continuo con una risita contenida al ver la expresión de las dos mujeres..
“Allí esperamos un poco. Podíamos sentir en nuestras mejillas la camanchaca helada que ya se hacía más densa.
-“Putas que está helado” balbuceo Sergio y se arropó con su poncho.
Prendimos un pucho. La luz de la cerilla diseño los contornos de la sepultura y de una cruz con el nombre del finao.
¡Tenis miedo?”Le pregunté.
“Que va! Se defendió Si son puros cuentos”
“Y si fuera cierto que la mano viene a buscar su dueño?” Al decir esto, puso Tomás su propia mano sobre la espaldea de Sergio.
“Cortarla guevon” saltó este.Mejor nos vamos”
Iba camino a levantarse, cuando repentinamente...
“Silencio!” Ordenó Tomás.”Escucharon?”
“Qué?”.Balbuceo Sergio
Una larga pausa, mientras los sentidos se agudizaban
.“No no escucho nada”.respondí
“No, claro. A lo mejor es solo el caliche..”Tranquilizó Tomás,pero luego:
“Guarda..Allí está de nuevo..Escuchen.”
“Cortala que me estai poniendo nervioso”Le repliqué cortante.
“Mejor nos vamos”-dijo-.”Tenis el cuchillo?”
Y de repente..Un lamento se alzó desde el interior de la tumba....
ohhhhh!
“Cresta!!
Como una explosión saltó el corazón pompeando la sangre casi helada..Los pelos de la espalda golpeados como con un relámpago de frío, se alzaron como los de un gato asustado.
“A correr!!”
A los pocos metros, Thomas grita.
” Sergio!El cuchillo!, Tenis que clavar el cuchillo.”
Sergio se regresa a todo correr, coge el cuchillo y lo clava sobre la tumba.
Al darse la vuelta, algo lo coge del cuello. Grita! Haaaaaaay! La manooo!.
Pero nadie lo escucha.
Nosotros habíamos desaparecido a toda velocidad hacia el pueblito que se iluminaba a lo lejos.
“Ja, ja”, rió la abuela.
“Esa historia no la sabia!. Pero,el hecho de que uno fué atropellado por un tren, eso si que es verdad. "Yo misma conocí al finao."Comentó..
Entonces saltó mi herma ,asomando su cara entre las polleras de mi abuela. Qué pasó, después.? Era de verdad una mano que lo cogió del cuello?”
No,contestó muy serio mi tío.Al día siguiente lo encontraron muerto al lado de la tumba,con el cuchillo clavado atravesando su poncho.
“El pobre había muerto de susto.!”Concluyó mi mamá
“Claro, por eso”, comento mi tío.
Púes yo conozco una historia, dijo mi abuela que si que es ....

MI PESADILLA!
“Espere, mamy”- La interrumpió mi mamá..:
“Las sabanas! Me olvidé de entrar las sábanas!”Las puse a secar esta mañana y me olvidé de entrarlas.”
Y sacándome desde mi refugio me dijo tomándome del brazo:
“Mijito. Quiere ir a buscarlas?”
“Yo?....Balbuceé,lanzándole una mirada agonizante.
“Ud. es el mayor, y el hombre de la casa.cuando su papá está en el trabajo”-.Afirmó.
“Mamyyyy” supliqué
“Que su hermana lo acompañe”.Ordenó.
Y allí, sin más comentarios, nos encontramos delante del” muro”,frente a un infinito sendero, oscuro,y amenazante.
“Bueno, pero no cierren la puerta”,tembló mi voz
Mi hermana, tan chica y valiente, me miró con una picardía que no comprendí de inmediato.
“Vamos corriendo”me dijo, y se lanzó a la oscuridad.
Yo la seguí a lo más que mis piernas me daban.
Cogí las sábanas y nos lanzamos de vuelta. Ella un millón de metros delante y yo tratando de alcanzarla.
Las sabanas se me enredaban entre las piernas..
Me detuve.
Recogí una parte de ellas que iban derecho al suelo, me la eche a la espalda y continué la carrera...solo hasta que algo me cogió del hombro.
.”La manooooooo!”..Pensé gritar,pero no tenia sonidos en mi garganta.
Solté las sabanas y eché a volar.
Mi hermana llegó primero y cerró la puerta. Era parte de su juego.
Mientras yo,empujado por el pánico,me estrellé contra el muro con el inocente intento de querer atravesarlo.....

.Desde esa noche no he podido soportar las Buganvillas,
Por lo menos en mi jardín.

A lo mejor fueron esas historia y esas situaciones las que despertaron mi interés por entender y explicarme los mecanismos que estructuran el mundo de la fantasía. No sé,
Quien sabe?
En las noches de verano, mientras me paseo por mi jardín conversando con mis somnolientas plantas, me recuerdo de ese enflorado Buganvilla y les repito la historia
Ellas me sonríen complacientes mientras me acarician el pelo, me tiran de la ropa o se me enredan entre los pantalones juguetonas.
Fantasías!

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